Espléndida, magnifica, romántica, evocadora…Goethe dijo que Heidelberg tenía algo ideal y no mentía. Situada entre montañas a orillas del Neckar, la ciudad es una combinación perfecta de paisaje, cultura y arquitectura. Un lugar de sueños y evocaciones, de leyendas, de embrujos y amores imposibles.

imponente castillo domina la ciudad. Prácticamente en ruinas desde que los franceses lo dinamitaran a finales del XVII, se lo considera uno de los castillos más románticos y grandiosos de Alemania. Fuente de inspiración de poetas y de dramas románticos, aún conserva viejas dependencias que se pueden visitar. En una de ellas se encuentra el “Gran Tonel”, unnombre quizá nada original pero muy adecuado para una barrica de 22.000 litros. En otras palabras, una mole de 3 metros de ancho, 7 de alto y 8,5 de fondo. Enorme y, evidentemente, vacío.

Y si  la imagen del castillo impresiona, la que ofrece de la ciudad desde sus murallas es sencillamente espectacular, especialmente al atardecer. Los tejados, las callejuelas de la vieja ciudad, las montañas y el Puente Viejo.

Atravesando el Puente Viejo llegamos a un lugar que los escritores recorrían con la esperanza de encontrarse con las esquivas musas. Escenario también de apasionados debates entre profesores de la universidad o filósofos. De ellos, precisamente, recibe su nombre el Camino de los Filósofos, un paraje invita a la reflexión. Un idílico recorrido entre colinas desde las que se pueden contemplar unas maravillosas vistas del castillo y del casco antiguo de la ciudad.

En la parte vieja de la ciudad es donde aún se respira el ambiente universitario de la ciudad. Porque la de Heidelberg es la universidad más antigua de Alemania y una de las más prestigiosas. Un hermoso edificio barroco alberga la Antigua Universidad.

Y muy cerca, se puede disfrutar de la siempre animada Marktplatz. La plaza del mercado está situada entre otras dos joyas de la ciudad el Ayuntamiento y la Iglesia del Espíritu Santo.

Heidelberg es una ciudad llena de magia y de historia, Una ciudad ideal para relajarse, para perderse por sus sus rincones y disfrutar de la alegría que siempre proporcionan los estudiantes universitarios. Una ciudad, en definitiva, que merece la pena descubrir. 

Heidelberg, una romántica ciudad medieval