Si vas de viaje a China, no puedes dejar de visitar Pekín, especialmente por su Ciudad Prohibida ¿No la conoces? ¡No te pierdas todo lo que esconde!
La Ciudad Prohibida de Pekín fue terminada en el año 1421 y se ha convertido en una edificación de más de 32 hectáreas de extensión. Es considerada una de las joyas con más relevancia del país asiático, aunque la verdad es que no fue un lugar donde se respiró felicidad para los 24 soberanos que vivieron en ella hasta que en 1924, el emperador Puyi se vio obligado a abandonarla.
Una edificación hecha una joya
Cuando visites la Ciudad Prohibida de Pekín, lo mejor es que entres en ella mediante la entrada meridional. Y es que, de esta manera, podrás observar todas las murallas que salen desde cada uno de los lados de la puerta del Mediodía. Si eres madrugador y vas por la mañana, puedes acceder por la puerta norte y no darte por vencido ante la gran horda de turistas que cada día la visitan por la puerta sur. Eso sí, ten presente que las audioguías son explicadas desde la zona sur.
Entrando por esta área, accederás por la puerta del Mediodía por la que antes solo podía entrar el emperador. Los muros que sobresalen de esta puerta tienen una base de 8,5 metros de ancho y cuando el sol los ilumina, su silueta grandiosa se convierte en un espectáculo sobrecogedor. Tanto si te diriges por el sendero derecho o izquierdo, encontrarás taquillas para guardar tus pertenencias y coger la audioguía.
Cuando hayas cruzado la puerta del Mediodía, entrarás a un patio compuesto por cinco puertas de mármol. Siguiendo un poco más adelante, encontrarás la puerta de la Suprema Armonía, que consta de un techo de color dorado y verde botella. Esta puerta, se construyó en el año 1420, pero un incendio la destruyó 400 años más tarde. Dentro de este patio, podrás entrar en los tres salones de la armonía, el más grande de los cuales es el salón de la Suprema Armonía donde se celebraban grandes fiestas. Los otros dos salones: Armonía Medida y el Armonía Preservada, son más pequeños y en ellos se recibían a representantes extranjeros.