9 lugares qué ver en Roma

El Castillo Sant’Angelo es uno de los mejores ejemplos de la conservación y reutilización de un edificio a lo largo de la historia.

Fue construido en su orígen como mausoleo del emperador Adriano y su familia. Recibe su nombre actual en el año 590 cuando el papa Gregorio I observó en la cúspide del castillo al Arcángel San Miguel envainando su espada. En ese momento finalizó la peste que había azotado Roma.

En el siglo XX el castillo pasó a manos del estado convirtiéndolo en el museo que actualmente podemos visitar. 

Desde la terraza del Castillo de Sant’Angelo podrás disfrutar de una estupenda vista de la ciudad. Un lugar especial por su historia, situación y belleza.

La basílica de San Pedro fue construida sobre la tumba del apóstol San Pedro. En la colina del Vaticano, en tiempos del Imperio Romano  existía un cementerio  en donde  fue  enterrado  el  apóstol.

La antigua basílica de tiempos del emperador Constantino se mantuvo en pie hasta el siglo XV cuando iniciaron unos trabajos que no se concluirían hasta el s. XVII.

Cuando vengas a Roma no puedes perderte este lugar lleno de interés y con un significado espiritual e histórico tan importante.

Muchos artistas han hecho de este lugar uno de los más bellos y espectaculares de cuantos pueden disfrutarse en Roma.

El Gianicolo es sin duda uno de los lugares más especiales de la ciudad de Roma.

La historia del lugar se remonta a tiempos míticos, evocadores del dios Jano. En este lugar a finales del s. XV se inicia la construcción de un complejo (San Pietro in Montorio) que será uno de las ‘islas’ españolas más importantes de la ciudad.

Aquí tiene su sede la Real Academia de España en Roma, con numerosas actividades culturales. Además de disfrutar de las vistas desde lo alto de la colina, su entorno está plagado de diversos atractivos.

El Templete del Bramante os espera para una visita a lo mejor de la arquitectura del Renacimiento en Roma.

Hablar de arte Moderno Contemporáneo en Roma parece estar fuera de lugar pero la Ciudad Eterna guarda multitud de sorpresas.

La Galleria d´Arte Moderna di Roma se encuentra en la Viale de Belle Arti, un nombre muy adecuado para un museo. Fue construido en 1911. Allí podremos admirar obras de arte moderna tanto en su colección permanente como las diversas exposiciones temporales que alberga.

Cuando pones un pie en la entrada te das cuenta de que no es uno de los típicos museos y aún menos uno de los que esperas encontrarte en  Roma. En su vestíbulo, esculturas de finales del siglo XIX conviven sobre un suelo de cristal que parece roto. Una perfecta armonía que se extiende por todo el museo. 

En la antigua colina del Capitolio se alza sobre la ciudad de Roma uno de los lugares turísticos de Roma con más historia. Se trata, además, de uno de los mejores museos del mundo construido sobre el lugar del antiguo templo de la tríade capitolina. Alberga obras de gran valor y, de hecho, fue el primer museo público conocido como tal e inaugurado en 1734  por el  Papa  Clemente  XIII.

La primera donación que formará el núcleo inicial de los Museos Capitolinos fue realizada por Sixto IV. Este papa regaló en 1471 al pueblo romano algunas estatuas que estaban ubicadas en el palacio de Letrán: la Loba Capitolina, el Espinario, el Camilo, la estatua ecuestre de Marco Aurelio y varias partes de la escultura colosal de Constantino.

Sin duda, es uno de los museos más especiales que posee Roma.

Esta basílica se encuentra en pleno centro de uno de los barrios más turísticos de Roma. Santa  Maria  in  Trastevere  se  presenta  como  una  de  las  basílicas  más antiguas de Roma y la primera que fue dedicada a la Virgen María.

El lugar de la fundación no es casual. Según la tradición, la iglesia se fundó en la “Taberna Meritoria”, un  lugar  en el que brotó una fuente  oleosa  en  el año  38  a.  C. Más adelante, en el siglo III, Calixto I fundó un pequeño lugar de culto.

Durante el pontificado de Inocencio II (1130-1143) Santa Maria in Trastevere fue ampliada y renovada con materiales de las Termas de Caracalla.

La iglesia se abre a una de las plazas más grandes del barrio del Trastevere, llena de vida tanto de día como de noche. Lugar de encuentro para pasear, pasar el día o simplemente compartir una agradable velada.

Una plaza entre las orillas del Tíber y Plaza Navona.  Lugar de encuentro  para residentes de la ciudad y para los visitantes que se pierden por las callejuelas que la rodean. La particularidad de esta plaza reside en que todas las mañanas se organiza un mercadillo de fruta, uno de los más populosos y pintorescos de la ciudad de Roma.

Un mercado que antes se celebraba en la plaza del Campidoglio, luego en Plaza Navona y que ahora se encuentra aquí. En un palacete cercano vivió Vannozza Cattanei, la amante de Alejandro VI y madre de César y Lucrecia Borgia.

A partir de 1456 el espacio fue pavimentado. Al igual que en otras plazas, también ésta fue teatro de ejecuciones públicas. El reo más célebre que murió en este lugar fue Giordano Bruno.

En el lugar donde estaba situado el patíbulo podemos ver un monumento que representa a este fraile dominico. Actualmente, la plaza de Campo dei Fiori se han convertido en un símbolo de la vida bohemia y lugar de marcha.

Es una plaza que hace resaltar los aspectos de la vida sencilla que también os ofrece esta ciudad. Un patio escondido tras el Arco degli Acetari, un horno que hace una pizza buenísima o el antiguo bar en vicolo del Gallo. Todo ello forma el precioso contexto de vida cotidiana durante tu visita a Roma.

El Palacio Barberini, situado muy cerca de Plaza Barberini y una de las vías más importantes de la ciudad, Via del Tritone, es uno de los lugares turísticos de Roma que  merece la pena visitar.  Antigua residencia de la familia Barberini hace honor a uno de los linajes papales más famosos.

El Palacio Barberini, además, ha pasado a ser sede de la Galleria Nazionale d’Arte Antica. Se ha convertido así en uno de los museos más prestigiosos y con mayor número de obras de arte de la Ciudad Eterna.

El palacio es obra del arquitecto barroco Carlo Maderno. Sin embargo, trabajaron en él también Gian Lorenzo Bernini y Francesco Borromini. Allí podrás admirar, entre otras, obras de Tiziano, el Greco, Bernini, Caravaggio, Rafael, Guido Reni. Déjate deslumbrar también por el gigantesco techo con el “Triunfo de la Divina Providencia” de Pietro da Cortona… Un oasis de tranquilidad en medio de una ciudad populosa.

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